DE INTERÉS PÚBLICO: OH, Y AHORA ¿QUIÉN PODRÁ AYUDARNOS?

Si el hombre fracasa en conciliar la justicia y la libertad, fracasa en todo:

Albert Camus (1913-1960) Escritor argelino

Todo era cuestión de tiempo: la mayor parte de los varios cientos de elementos de la Guardia Nacional destacadamentados en Uruapan como parte del Plan Michoacán, recibieron la instrucción de abandonar la ciudad ante el severo señalamiento de la alcaldesa Grecia Quiroz de que se dedicaban a extorsionar a la población.

Solo los demagogos o ingenuos supusieron que la solución a los graves problemas de inseguridad y criminalidad que se viven en Michoacán, y concretamente en Uruapan, serían solucionados con la llegada de la Guardia Nacional, una corporación regularmente acostumbrada justo a la extorsión, al abuso y al asalto a ciudadanos que no oponen resistencia.

Resulta patético que se prefiera en Uruapan estar solos que mal acompañados. Mejor sin Guardia Nacional que con ella, como advirtió la alcaldesa.

El problema es que Grecia Quiroz es la única autoridad minicipal en el estado que es capaz de alertar sobre los abusos de la Guardia Nacional. Ninguno de los otros ediles puede hacerlo, aunque todos sufran del mismo fenómeno. Ella, porque su dimensión mediática y política que ha alcanzado a nivel nacional e incluso internacional, le permiten tener la certeza de que un señalamiento tan grave como el que hizo, no le generará consecuencias de parte de la corporación acusada.

Los efectivos de la Guardia Nacional están desplegados en todos los municipios, y muy probablemente haciendo lo mismo de lo que fueron acusados por Quiroz en Uruapan, incluyendo Morelia, pero ningún alcalde se atreverá a señalarlos.

El problema para Uruapan, como para todo el estado, es que si bien no puede confiarse en la Guardia Nacional, menos en la Civil, aún más corrupta. De la Policía Municipal, ya ni hablemos: responde directamente a las instrucciones de la criminalidad. Desde luego, el fenómeno se reproduce a nivel nacional.

Es una tragedia a lo que hemos llegado: no saber a quién le tememos más, si a los criminales o a nuestros “guardianes de la seguridad”. X@jaimelopezmtz