DE INTERÉS PÚBLICO: EL CÁRTEL DE TIRI

Nadie puede sospechar cuántas idiotices políticas se han evitado por la falta de dinero:

Charles Maurice Talleyrand (1754-1838) Político francés

Está claro que ningún gobernante quiere arriesgarse a pasar como reprensor, y en aras de ello muestran una preocupante y peligrosa debilidad ante grupos de chantajistas que suelen tomarles la medida y explotar al máximo el ser “intocables”.

Empero, hay gobernantes, pocos ciertamente, que ser o no etiquetados de represores, les tiene sin cuidado, y deciden aplicar la ley a rajatabla.

Viene a cuento lo anterior, por la pasividad policial ante la violencia desatada por meradores de la escuela Normal de Tiripetio, este miércoles en Morelia. Los energúmenos se dieron vuelo destruyendo vehículos, comercios y edificios públicos y aún inmuebles particulares. Recordaban que un 15 de octubre, pero 2012, hubo el gobernador que tuvo mil yerros y deficiencias pero una virtud: ordenó recuperar por la fuerza varios decenas de vehículos que se habían robado los “tiris”. Hablo de Fausto Vallejo.

Hoy, Alfredo Ramírez Bedolla se encuentra ante la encrucijada de cómo conducirse cuando el cártel de Tiri decide emprender una jornada de delincuencia vil, como la de este miércoles.

Bedolla ha ordenado a las fuerzas de reacción policial no intervenir vean lo que vean, hagan lo que hagan grupos como los normalistas o el fin de semana anterior los del Frente Nacional de Liberación Social, solo por citar dos de la multiplicidad de eventos delincuenciales que un día sí y otro también generan el terror en la total impunidad.

Me parece que para Bedolla llegó el momento de la verdad. ¿Quiere ser el gobernador al que también doblaron los normalistas, o el que los metió en cintura?, ¿el que les dio impunidad o el que terminó con ella? Bedolla no puede permitir que los “tiris” roben y secuestren en la más completa impunidad. Bedolla teme pasar a la historia como represor, pero debe tener claro que usar la fuerza pública es potestad del gobernante y no significa represion. Es, simplemente, aplicar la ley o no hacerlo. Esa es la disyuntiva.

X@jaimelopezmtz