Está claro que en Michoacán «los que nos atrevemos a alzar la voz somos silenciados»: denosta Memo Valencia tras crimen de Carlos Manzo

«Los buenos somos más, hoy no fue así, ganó el mal, ganaron los malos, nos quitaron a un gran ser humano», condenó fuertemente el crimen de a quien consideraba un hermano

«Hoy ganó el mal» denostó el líder estatal del Partido Revolucionario Institucional, Guillermo Valencia Reyes, quien al enterarse de la muerte de su amigo Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, muerto en un atentado esta noche, a quien consideraba «un hermano, un gran ser humano, un hombre bueno, íntegro e impar», pidió a los medios respetar su dolor y no llamarle para declaración alguna por el trágico momento y el hecho sangriento que vuelve a enlutar a Michoacán.

Esta noche hace unos minutos en su cuenta de Facebook, Memo Valencia ha publicado que si bien «los buenos somos más, hoy no fue así, ganó el mal, ganaron los malos, nos quitaron a un gran ser humano que tuve el privilegio de escoger en la vida como otro de mis hermanos de los que me dio el destino, no compartimos la sangre pero sí el cariño y también los ideales».

«No puedo pedir justicia, no puedo pedir ya nada, me queda claro que en Michoacán los que nos atrevemos a alzar la voz tarde o temprano somos silenciados», condenó sin cortapisas él también diputado tricolor, quien dijo que «esta es otra de las noches más tristes de su vida».

Este es el texto íntegro de la publicación de Valencia Reyes:

«No tengo nada que decir, por favor no me llamen, respeten mi dolor. Quienes me conocieron y conocieron a Carlos entiende bien la razón. Siempre creí que en la lucha entre el bien y el mal los buenos ganaríamos, pues he creído que #losbuenossomosmas pero hoy no fue así, ganó el mal, ganaron los malos, nos quitaron a un gran ser humano, un hombre bueno, integro, un hombre impar. A mí me quitaron a otro de mis hermanos, de esos que tuve el privilegio de escoger en la vida, de los que me dio el destino, no compartimos la sangre pero si el cariño, también los ideales. Primero me quitaron a César, luego a Caleb, ahora me quitan Carlitos, mi querido hermanito. No puedo pedir justicia, no puedo pedir ya nada, me queda claro que en Michoacán los que nos atrevemos a alzar la voz, tarde o temprano somos silenciados. Descansa en paz hermanito, hoy será otra de las noches más tristes de mi vida».